SURCOS NASOGENIANOS NASOLABIALES

¿Qué son los surcos nasogenianos?

Los surcos nasogenianos, o también llamados nasolabiales, son los pliegues que aparecen paralelamente entre el tabique nasal, las aletas de la nariz y la mejilla. En ocasiones este pliegue puede llegar casi hasta la barbilla o mentón de ahí su nombre de arruga “naso” “labial”, desde la nariz hasta la zona de los labios. Si hablamos de “líneas de marioneta” suele determinar más concretamente los pliegues que aparecen desde la comisura del labio hasta la barbilla o mentón.

¿Por qué aparecen los surcos nasogenianos?

El motivo principal de la aparición de este surco o pliegue viene determinado por el desplazamiento y descolgamiento de la mejilla. Es decir, se trata de una arruga estática. No se produce por un continuo movimiento muscular sino más bien por la acción de la gravedad y el envejecimiento cutáneo. Además de que puedan existir otros motivos como son los regímenes de adelgazamiento o dietas severas en personas pasados los 35 años.

A nivel visual básicamente nuestra piel ejerce una función de contención de las estructuras que hay en su interior (grasa, músculos, huesos, etc.) y que con el avance de los años ésta va adelgazando a la vez que se convierte en más laxa, es decir, va cediendo poco a poco a la fuerza de la gravedad y el peso que debe soportar. Esto supone que nuestras mejillas o pómulos van desplazándose hacia abajo con el paso de los años y agrupándose hacia la zona de alrededor de la boca. Lo que habitualmente se conoce como ir pasando de un óvalo facial en “V” cuando somos jóvenes hacia un óvalo facial más cuadrado a medida que vamos pasando los 45, 55, 65, etc.

 

¿Cómo corregimos los surcos nasogenianos?

Para eliminar o corregir los surcos nasogenianos habrá que acudir a un médico especializado en medicina estética que evalúe nuestro rostro, nuestros hábitos de vida, nuestra edad y más factores para determinar cuál es el mejor tratamiento. El tratamiento más seguro, eficaz y ampliamente utilizado en el mundo es un producto reabsorbible y biocompatible con nuestra piel como es el gel de ácido hialurónico. Existen distintas densidades para este gel que vendrá determinado por la profundidad del surco nasogeniano o del volumen a restaurar.

Hace unos 15 o 20 años lo habitual para mejorar este tipo de surcos era rellenar directamente la arruga mediante inyecciones para elevarla y tratar de disimularla. Hoy en día los médicos mejor entrenados optan por reposicionar las mejillas volviéndolas a revoluminizar. Es decir, volviendo a dar el volumen a las mejillas como cuando estábamos por debajo de los 30 años y de esta forma indirecta contrarrestar el peso de la grasa desplazada sobre la piel en el área del surco. Se trata de devolver la turgencia y la proyección a nuestros pómulos (en su justa medida) para que tiren de nuevo sobre la piel y evitar (o suavizar) el efecto del pliegue nasogeniano.