Las funciones principales de la piel son las de proteger todos nuestros órganos internos, músculos y demás estructuras, al mismo tiempo que ejerce de barrera de protección frente a la entrada de gérmenes, controla nuestra temperatura corporal, regula la pérdida de agua y nos protege frente a los rayos UV. Por este motivo es tan importante prestar especial atención a la aparición de posibles cambios y lesiones que aparezcan. Las revisiones, seguimiento y diagnóstico eficaz por parte del dermatólogo son claves básicas para prevenir la aparición de posibles enfermedades en el futuro y así mantener una salud óptima de la piel