Se trabaja la piel utilizando distintas técnicas con la finalidad de tratar enfermedades y lesiones. Dichas técnicas se aplican con las manos, lo que permite valorar el estado de los tejidos. Con el masaje terapéutico se pueden tratar contracturas musculares, tendinopatías, linfedema, esguince, rotura de fibras, atrapamientos miofasciales, rotura de fibras, etc. Esta modalidad engloba varios tipos de masaje.
Descontracturante: Es un masaje manual indicado para tratar la zona del dolor o la zona contraída, con la finalidad de relajar, descontractuar, quitar nudos musculares, disminuye la presión arterial, oxigena el cerebro nutriendo nuestras neuronas, disminuye la tensión muscular, disminuye la secreción de adrenalina, reduce los niveles de colesterol y grasas en sangre, refuerza el sistema inmunológico.
Drenaje linfático: Tiene la finalidad de producir desplazamiento del líquido linfático, aumentar la función del retorno venoso y la velocidad circulatoria. Está indicado para tratar edemas de origen patológico o médico, o para fines estéticos (limpieza de la piel, bolsas debajo de los ojos, celulitis, piernas pesadas, etc)
Masaje deportivo: Consiste en una serie de maniobras (de roce y fricción principalmente), que preparan los tejidos para la actividad deportiva, o para el tratamiento post competición. Tiene como objetivo optimizar el rendimiento muscular, prevenir lesiones, luchar contra la fatiga y aumentar la capacidad de trabajo.