Con el paso del tiempo, la producción natural de colágeno en nuestra piel disminuye, lo que lleva a la pérdida de firmeza, la aparición de arrugas y una disminución general de la vitalidad. Afortunadamente, la medicina estética ofrece soluciones avanzadas para combatir estos signos. El tratamiento con inductores de colágeno es una de las opciones más efectivas, trabajando para estimular la propia capacidad de tu piel para regenerarse y recuperar su juventud.
¿En qué consisten los Inductores de Colágeno?
Los inductores de colágeno son sustancias biocompatibles y reabsorbibles que se inyectan en la piel para estimular la producción natural de nuevo colágeno. A diferencia de los rellenos dérmicos que simplemente añaden volumen, los inductores de colágeno actúan a nivel celular, promoviendo una respuesta biológica del propio cuerpo.
Existen diferentes tipos de inductores de colágeno, siendo los más conocidos:
- Hidroxiapatita cálcica (CaHA): Un compuesto presente de forma natural en los huesos, que al inyectarse forma una especie de “andamio” bajo la piel, sobre el cual el cuerpo construye nuevo colágeno.
- Ácido Poliláctico (PLLA): Un polímero biodegradable que, al ser inyectado, estimula la producción de colágeno de forma gradual y progresiva.
Una vez inyectados, estas sustancias activan los fibroblastos, las células encargadas de producir colágeno y elastina. El resultado es un aumento gradual y natural de la densidad y elasticidad de la piel, logrando un efecto lifting sutil y un rejuvenecimiento general.