FLACIDEZ FACIAL

Sabemos que los principales rasgos de un aspecto joven cuando nos fijamos en la cara son: tersura y firmeza, ausencia de manchas o discromías y una piel hidratada y lisa.

Con el paso de los años, el estilo de vida, el entorno medioambiental y la gravedad nuestra piel va sufriendo cambios que van siendo apreciables. Estos cambios son el adelgazamiento de nuestra piel, tornándose más fina y sin tanta capacidad de retener la grasa y músculos del interior.

Por otro lado, los distintos compartimentos grasos que tenemos en la cara se van desplazando hacia abajo debido a la fuerza que ejerce constantemente la gravedad, produciendo un efecto de pesadez y cansancio.

Los tratamientos existentes pasan por revoluminizar esas áreas que han perdido el sustento que tenían anteriormente por la grasa que había debajo de la piel y que se ha desplazado hacia otras zonas faciales, y/o también volver a crear una tensión en zonas descolgadas como el cuello o la papada mediante el uso de hilos tensores. Ambos tratamientos son ambulatorios, lo que nos permite continuar con nuestra vida normal unas horas después y se realizan con productos seguros y aprobados por la Agencia Española del Medicamento a través de médicos específicamente entrenados.

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