Los cambios de estación suelen traer consigo cambios en nuestro entorno (cambio de hora, días más cortos y frescos) y, por lo tanto, también en nuestro organismo y piel. Cada época del año exige unos cuidados y tener en cuenta unas consideraciones climatológicas que actúan y afectan a nuestra salud.

Tras los largos días de verano donde la exposición solar ha sido mayor que durante otras épocas del año (y también en mayor proporción de piel expuesta al ir con ropa más cómoda, fresca y ligera) es el momento idóneo para revisar, reponer y cuidar la salud de nuestra piel.

Por todo esto vamos a explicar los distintos enfoques que proporcionamos en Campuslaser para poner nuestra piel a punto de cara al invierno. No sólo hay que entenderlo como una únicas estrategia a seguir sino como la combinación de varias. Manchas, melasmas, piel seca, descamación, venitas y/o rojeces, etc. son algunos de los cambios que podremos observar.

Paso 1 – Exfoliación

Tal como se hace en los trabajos de jardinería primero nos desharemos de aquellas ramas y hojas secas. Traducido a nuestra piel exfoliaremos las células descamadas que forman parte de las capas más superficiales para poder despejar poros de la piel y, por lo tanto, favorecer una mejor hidratación. Nuestra recomendación es comenzar con una limpieza facial que a la vez que nos prepara la piel podremos disfrutar al mismo tiempo de un relajante masaje.

Otra opción más intensiva para la exfoliación puede contemplar el uso de peelings médicos, siempre supervisado por nuestro equipo médico compuesto por médicos estéticos y dermatólogos. El objetivo será eliminar todas las células muertas y restos de contaminación depositadas en la superficie, al mismo tiempo que estimular todo el tejido para recobrar la oxigenación y normal funcionamiento de las estructuras epidérmicas con células nuevas.

Paso 2 – Eliminación de manchas, venitas y/o rojeces

En esta segunda fase, cuando ya hemos exfoliado y rehidratado en profundidad la piel deberemos recuperar el tono y color original de nuestra piel. Estas manchas, venitas y rojeces que podemos observar son fruto del envejecimiento cutáneo producido por los rayos UV del sol. Básicamente el origen de estas antiestéticas lesiones es de origen melánico y/o vascular. En Campuslaser se tratan utilizando las tecnologías lumínicas más innovadoras en el campo de la dermatología estética como son la “luz pulsada intensa” y el “láser de neodimio de pulso largo”. A menudo incluso se trabajan en combinación ambas tecnologías.

El principio mediante el cual actúan estas tecnologías se llama fototermolísis selectiva (que es el mismo para todos los tipos de láser y fuentes de luz utilizados en dermatología y medicina estética). Se trata de eliminar manchas mediante una fuente de luz que va a ser captada en su mayoría por estas lesiones melánicas y va a producir su eliminación gradual sin efectos adversos para nuestra piel, siempre que sea empleado por personal médico debidamente entrenado. Inmediatamente después cada sesión observaremos como estas manchas se oscurecen 5 o 6 tonalidades para pasar a una fase descamativa en los próximos 6-8 días.

En la mayoría de los casos una vez eliminamos todos los restos melánicos de fotoenvejecimiento de nuestra piel podemos descubrir pequeños puntos rojos (puntos rubí), venitas (telangiectasias) o rojeces (cuperosis o poiquilodermias) que estaban ocultas y son fruto del envejecimiento producido por el sol, entre otras causas.

El tratamiento combinado entre luz pulsada y láser busca calentar y destruir selectivamente estas pequeñas lesiones vasculares estéticas devolviendo un color homogéneo a nuestra piel.

Este tratamiento enfocado a manchas y lesiones vasculares es de los tratamientos más satisfactorios por parte de nuestros pacientes ya que se obtiene un resultado muy notable en pocas semanas dejando una piel brillante, luminosa, con poros más cerrados. Llegando incluso a permitir tener que utilizar menos maquillaje (en el caso de las mujeres) al haber eliminado todas aquellas irregularidades que trataban de ocultarse.

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Paso 3 – Hidratación

La base del buen funcionamiento de nuestra piel es una correcta hidratación. Por ello el siguiente paso propuesto por nuestro equipo médico será realizar tratamientos que nos proporcionen una hidratación profunda introduciendo componentes biocompatibles con nuestra piel directamente en las capas intermedias. La mesoterapia de ácido hialurónico consiste en microinyecciones prácticamente indoloras para introducir pequeños depósitos de este compuesto presente en nuestra piel, cartílagos y articulaciones. Con ello conseguimos retener las partículas de agua y crear una barrera que mantenga nuestra piel nutrida y en perfecto estado para afrontar la estación más fría que está por llegar. Es imprescindible preguntar por el tipo de productos que vayan a emplearse y comprobar que éstos provienen de laboratorios reconocidos a nivel mundial, evitando productos de dudosa trazabilidad o escasa casuística a sus espaldas.

Esta técnica de mesoterapia se puede alternar al mismo tiempo con vitaminas inyectables y otros complejos de minerales siempre bajo el estricto criterio médico.

Paso 4 – Fotoprotección, higiene e hidratación domiciliaria

Una vez hayamos trabajado en todos los pasos anteriores deberemos llevarnos a casa unas pautas a seguir. Es de capital importancia para que perduren estos resultados que adoptemos el hábito de protegernos frente al sol, utilizando protectores solares adecuados a nuestro fototipo de piel. Este hábito no sólo consta en aplicar protección solar 1 o 2 veces al día sino de renovar esa barrera protectora con una media de cada 2 horas (siempre que vayamos a estar en el exterior).

Por último, una buena higiene junto con una hidratación de mantenimiento en casa hará que podamos mantener nuestra piel en buen estado y lista para afrontar los meses más fríos del año.