¿Tienes la piel sensible o intolerancia a cierto productos? ¿Tienes enrojecimiento facial, ya sea esporádico o persistente? ¿Te aparecen granitos en la cara, cuando ya no tienes acné? Si tienes estos síntomas, te interesará leer este post.
¿Qué es la Rosácea?
Es un trastorno inflamatorio crónico que afecta a la región facial, y suele cursar con brotes. Se caracteriza por presentar enrojecimiento facial, ya sea persistente o transitorio, pudiendo asociarse a pápulas (granos) inflamatorias o purulentas. Suele aparecer entre los 30-50 años de edad, aunque el inicio suele ser más temprano en mujeres, y la enfermedad más severa en varones.
¿Cuál es la causa de la rosácea?
No tiene una causa conocida, pero se han propuesto varios mecanismos que favorecen su aparición: una desregulación neurovascular, una respuesta inmunitaria anómala, la exposición a luz ultravioleta, una disfunción a la barrera cutánea, y la presencia de un mayor número de ácaros Demodex en la cara. Por lo tanto es una mezcla de predisposición genética junto a desencadenantes ambientales.
Sí existen factores desencadenantes puede lo pueden empeorar, como la exposición solar, los cambios bruscos de frío-calor, la ingesta de alcohol, las comidas picantes o calientes, el estrés o la ansiedad, el uso de cosméticos irritantes, corticoides tópicos o fármacos vasodilatadores.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas son diversos y pueden variar mucho entre pacientes. Actualmente se tiende a clasificar la rosácea en 4 subtipos, teniendo en cuenta que estos se pueden solapar entre sí:
1) Rosácea eritematotelangiectásica (subtipo 1): los pacientes tienden a presentar un enrojecimiento repentino y transitorio, también conocido como flushing. Con el tiempo los vasos superficiales de la piel se dilatan, produciéndose un eritema facial persistente, que suele acompañarse de telangiectasias (arañas vasculares) de mayor tamaño. Este subtipo de rosácea presenta una piel seca y sensible, que puede asociarse a sensación de quemazón, e intolerancia a ciertos productos o cosméticos.
2) Rosácea papulopustulosa (subtipo 2): también pueden tener enrojecimiento facial, pero lo más característico es la presencia de pápulas rojas o pústulas (granos), similares a los observados en el acné, que suelen cursar en brotes y duran unas 2 semanas sin tratamiento.
3) Rosácea fimatosa (subtipo 3): se aprecia una piel engrosada con nódulos y poros prominentes, siendo la rinofima (localización en la nariz) la forma de presentación más frecuentes, sobre todo en hombres. También se puede ver en la barbilla, frente, orejas y párpados.
4) Rosácea ocular (subtipo 4): puede asociarse a alteraciones en la piel o presentarse de forma aislada, lo cual puede dificultar mucho su diagnóstico. Podrá asociarse hasta en un 30-50% de los pacientes con lesiones cutáneas de rosácea, por lo que hay que buscarlo dirigidamente. Los síntomas incluyen sequedad ocular, sensación arenosa, lagrimeo, intolerancia a lentillas, y picor.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es clínico, es decir se realiza con la historia del paciente y los signos clínicos. En los casos atípicos puede ser necesaria la realización de una biopsia cutánea para confirmar el diagnóstico, pero esto no suele ser necesario.
¿Tiene tratamiento?
Aunque no existe un tratamiento curativo como tal, hoy en día tenemos herramientas para mejorar la calidad de vida de estos pacientes, y poder solucionar muchos de los problemas ocasionados por la rosácea. Es fundamental dar a conocer al pacientes unas medidas generales, que consisten en evitar los factores predisponentes, y el cuidado diario de la piel:
1) Factores predisponentes a evitar:
-La exposición solar
-Cambios bruscos de frío-calor
-Ingesta de alcohol
-Alimentos picantes o excesivamente calientes
-Estrés o ansiedad
-Uso de cosméticos o productos irritantes
-Uso prolongado de corticoides tópicos o fármacos vasodilatadores.
2) Cuidados generales de la piel:
La rosácea se cataloga como una piel sensible o reactiva, y por lo tanto sugerimos aplicar estas recomendaciones:
-Lavarse la cara con agua tibia y utilizar limpiadores sin jabón o alcohol. Son útiles las aguas micelares, aguas termales, cremas o leches limpiadoras.
-Utilizar protector solar FPS ≥ 30 para rayos UVA y UVB, además de cremas hidratantes que reparen la barrera epidérmica diariamente. Existen combinaciones que incorporan ambos productos, y que pueden producir un alivio y mejoría de la sintomatología.
-En cuanto al maquillaje, evitar aquellos resistentes al agua y difíciles de eliminar. Los polvos faciales hidrosolubles que contengan pigmentos de color verde permiten neutralizar la percepción del eritema, y son una buena opción en rosácea y pieles sensibles.
-En general, evitar los astringentes, tónicos y exfoliantes agresivos. Evitar cosméticos que contengan alcohol, mentoles, alcanfores, hamamelis, fragancias, menta y aceite de eculapito.
-En resumen, los pilares del tratamiento sería evitar productos irritantes para la piel, limpieza diaria con productos específicos para rosácea o pieles sensibles, y utilizar crema hidratante y fotoprotección a diario.
3) Tratamiento médico de la rosácea:
Rosácea eritematotelangiectásica:
Para el tratamiento del eritema transitorio o flushing, el tartrato de brimonidina en gel al 0,5% puede ser una buena alternativa aplicado por las mañanas una vez al día, aunque este no siempre es bien tolerado.
Para el eritema permanente o no transitorio, e incluso para las telangiectasias (arañas vasculares), el tratamiento ideal es el uso de fuentes de luz o láser, como son el IPL (luz intensa pulsada), el PDL (láser colorante pulsado), y el ND-YAG (láser de neodimio-YAG), para las telangiectasias más profundas. En Campuslaser disponemos de IPL y ND-YAG, con muy buenos resultados clínicos.
Rosácea papulopustulosa:
Existe una variedad más amplia de tratamientos, que pueden ser divididos en aquellos tópicos (metronidazol, ácido azelaico o ivermectina) para pacientes con un cuadro leve, y los tratamientos sistémicos (doxiciclina, minociclina o isotretinoina a dosis bajas), que suelen reservarse para las rosáceas moderadas o severas.
Rosácea fimatosa:
En lesiones activas son útiles la doxiciclina e isotretinoina oral, combinado con láseres vasculares o IPL. En lesiones inactivas, el tratamiento pasa a terapias físicas, con tratamientos de láser ablativos como el CO2, la dermoabrasión o la electrodesecación.
Rosácea ocular:
Nosotros recomendamos siempre un seguimiento y tratamiento en conjunto con oftalmólogos. Además de medidas de limpieza generales, se pueden emplear tratamientos tópicos (metronidazol, tetraciclinas, o ciclosporina), y tratamientos sistémicos (doxiciclina o isotretinoina).
Conclusiones
En resumen, la rosácea es una patología muy frecuente en nuestro medio, que aunque no tiene una causa conocida, si tiene factores predisponentes establecidos, y un abanico de tratamientos que nos puede permitir mejorar la salud de tu piel y los síntomas que te afecten. En Campuslaser trabajamos con dispositivos de IPL y ND-YAG, que pueden ser útiles para el tratamiento de esta entidad. Si crees que tienes rosácea, o tienes dudas con tu tratamiento, no dudes en solicitar una evaluación dermatológica.