Ha llegado el covid-19 y nos lo ha desbaratado todo. Hemos tenido que cambiar en gran medida y de forma brusca, casi sin previo aviso, nuestra rutina diaria.
Los dermatólogos siempre decimos que la piel es el reflejo de cómo nos sentimos, por lo que nuestro estado de ánimo puede pasarnos factura en tiempos de incertidumbre como está ocurriendo actualmente debido a la pandemia.
En este post vamos a intentar explicar qué es lo que el confinamiento provoca en nuestra piel, cómo debemos cuidarla y lo más importante, reconocer por qué nos pasa.
- Si ya habíamos empezado con la época de los efluvios telógenos (caída excesiva del cabello estacional), probablemente se va a agravar en los próximos meses. Tenemos que tener en cuenta que se trata de una caída transitoria, por lo que no va a conllevar a una alopecia a largo plazo y que dentro de unos meses el volumen de cabello volverá a la normalidad ya que el pelo vuelve a crecer. Un truco que podemos hacer en casa es lavarnos el cabello con frecuencia (cada día o cada dos días), para que así se termine de desprender el cabello que ya ha finalizado su ciclo y permitir que el nuevo folículo piloso crezca.
- Nos tenemos que lavar las manos con frecuencia. Es la primera recomendación para evitar así la transmisión del virus. Ahora bien, el agua irrita la piel produciendo sequedad, descamación e incluso eccemas. La dermatitis irritativa de manos es la patología que más estamos viendo y sufriendo desde que se declaró el estado de alarma. Debemos usar jabones suaves, tipo syndet. No es necesario usar jabones agresivos porque alteran el pH fisiológico de nuestra piel, además de limitar el uso de geles hidro-alcohólicos para los momentos puntuales en los que no nos podamos lavar las manos. Además es primordial aplicar crema hidratante tras cada lavado.
Deficiencia de vitamina D en la cuarentena
- El confinamiento puede intervenir en la síntesis de vitamina D ya que apenas vemos el sol. ¿Si nos da el sol a través de la ventana, aumenta la síntesis de esta vitamina? La respuesta es NO. Dentro de la radiación solar, la radiación ultravioleta B (UVB) es la que estimula la síntesis de vitamina D y ésta no atraviesa los cristales. Los rayos ultravioleta A (UVA) sí que atraviesan los cristales y son los que estimulan el bronceado. Por lo tanto, si tenemos terraza o jardín bastaría con 15-20 minutos al sol en manga corta, evitando las horas centrales del día y usando fotoprotector solar (FPS) solo en la cara. Para los que no tengamos opción de exponernos al sol estando en casa podemos tomar suplementos orales de vitamina D bajo prescripción médica.
- Debemos mantener nuestra rutina habitual de cuidado facial, no nos tiene que dar pereza por el hecho de no salir de casa y no maquillarnos. A grandes rasgos, una rutina básica matinal es: limpieza, contorno de ojos, sérum antioxidante y FPS. Insisto en aplicarnos FPS aún estando en casa porque tanto los rayos UVA que sí que atraviesan los cristales y la luz azul (la de las pantallas) son los responsables del fotoenvejecimiento (manchas y arrugas). Una rutina básica nocturna puede ser: limpieza de nuevo, contorno de ojos y tratamiento intensivo con retinoides y/o hidroxiácidos. Es preferible usar cosméticos con envases air-less o unidosis.
- El cese de la actividad, el estar en casa y la importante carga emocional derivada del aislamiento provoca que se libere más cortisol en sangre (la hormona del estrés). Esto va a repercutir directamente en nuestra piel en forma de brotes de acné y rosácea, empeoramiento de la dermatitis atópica o la psoriasis. La piel y la mente están muy relacionadas porque se originan de la misma capa del embrión. Si es tu caso, estamos para ayudarte. Pide tu cita online.
Dicho esto, vamos a cuidar la piel con productos específicos, a llevar una alimentación equilibrada y a hacer ejercicio físico (recomiendo pilates o yoga) para que nuestro órgano más grande sufra lo menos posible durante esta cuarentena. ¡Ánimo!